El partido del Real Madrid trae cola como en la mayoría de las ocasiones. Esta vez se trata de la tarjeta amarilla que le sacaron a Bechkam el domingo en el partido contra el Athletic. Este post, fuera aparte de lo deportivo, nada más sirve para recordar cómo se trata en el mundo del fútbol a ciertos equipos.
Esta semana venía publicado en el Marca en dos páginas el tema sobre la tarjeta amarilla al jugador madridista, que Muñiz Fernández sacó el domingo por perder tiempo. Al parecer, la noticia de la semana ha sido esta, fuera aparte de que se hayan disputado los partidos de vuelta de semifinal de UEFA y Liga de Campeones, ¡oh! Pero si el R.Madrid ya había caído de esta competición. Esto explica la importancia que el Marca le da a la tarjeta de Bechkam. Si competición no se la quitaba, no podría jugar este domingo el trascendental partido frente al Sevilla, menudo caos en Madrid. Pero no pasa nada, la calma ya ha llegado a Madrid, Bechkam ya no tiene esa amarilla y podrá medirse a los de Juan de Ramos el domingo sin ningún problema.
A todo esto, el entrenador sevillista, mosqueado, y con razón, declaró acerca del tema: "El reglamento en España es un cachodeo" explicó el técnico al enterarse de la decisión. Sin ninguna intención de defender al Sevilla, ellos jugaron ayer y sus jugadores también necesitarán estar al 100% el domingo para ganar, que los dos luchan por ganar la liga. Sin embargo, el Sevilla jugará con todos sus jugadores legalmente, y el Real Madrid a sus anchas.
Referente a la tarjeta del domingo, desde el Marca había una frase que decía: ¿Cómo va a querer Bechkam perder tiempo con 0-3 en el marcador? Mi pregunta es: ¿Cómo pueden quejarse con el 0-3 de una tarjeta así? ¿Encima nos quieren torear? Evidentemente se pierde tiempo, y tiempo había, tiempo para poder marcar o lo que fuera, y ellos no son más chulos que los demás para hacer lo que les de la gana y cuando les venga en gana. Tanto hablar de favoritismos hacia el Athletic, que miren un poco el tema de siempre (ayudas al R.Madrid), que lo tienen muy olvidado, pero desde fuera se ve todo muy claro.