Un triunfo para no olvidar nunca. 27 años después, los blancos se fueron con un cesto de cuatro goles de Bilbao. Y debieron ser más, porque el árbitro se comió un clarísimo penalti de Salgado a Lacruz y Casillas, como ya sucedió en la ida en el Bernabéu.
Ayer San Mamés solo acudieron 27.000 espectadores pero bueno, fue un partido que mereció la pena ver y no se nos va a olvidar fácilmente. Ganar al Madrid es algo que siempre nos gusta y más si es golear.
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Hace 3 meses
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