Estrenamos tribuna de All Iron con opinión sobre el ambiente en San Mamés.
Tenemos un problema
Que San Mamés va camino de convertirse en una biblioteca es un hecho palpable por cualquiera que acuda asiduamente. Y para aquel que le gusta disfrutar del fútbol en directo con los cinco sentidos y que además ame a su club, carecer de una atmósfera atractiva en tu campo se convierte automáticamente en un grave problema.
El primer paso para resolver un problema es darse cuenta de que existe el problema. El otro día oí declaraciones de Josu Urrutia en las que literalmente dijo no estar de acuerdo en que en San Mamés no hay animación, y además sustentándolo con argumentos de lo más peregrino, como el hecho de que no somos tan buenos como para ganar sin apoyo del público, y que como ganamos, significa que si hay animación en San Mamés. Razonamientos tan absurdos no son dignos de un presidente del Athletic. No hay más ciego que el que no quiere ver. Esto me parece un error mayúsculo por parte de nuestro presidente, porque dado que lo ve todo correcto, lógicamente no creo que se le pase por la cabeza priorizar ninguna medida si no considera que tal problema existe. Por ello creo muy importante proclamar a los cuatro vientos que el club si que tiene un problema en cuanto a la animación se refiere, y que entre todos debemos tratar de solucionarlo.
Seamos sinceros, el antiguo San Mamés tampoco era una olla a presión los 19 partidos de Liga. Era un campo en el que se generaba un ambiente mágico en ocasiones puntuales en las que la cita cumplía las condiciones necesarias. Todos recordamos días inovidables como las semifinales contra el Sevilla, Sporting de Lisboa o eliminatoria contra el Newcastle, pero también es justo tener en cuenta numerosas tardes de gran apatía en citas de perfil mucho más bajo.
Tampoco hay que obviar que en el nuevo San Mamés se han vivido destacables momentos como contra el Napoles. Pero hay algo evidente, sin miticar el pasado respecto al presente, se ha perdido muchísimo ambiente. Se ha perdido tanto ambiente que me resulta hasta sonrojante para mi amor propio ver como 200 aficionados del equipo rival son capaces de animar más que 40.000 espectadores rojiblancos. Duele poner la TV y ver campos de Segunda División en los que se respira más ambiente que en el nuevo San Mamés. Ésa es la realidad.
Casualmente, para mas inri, esta apatía en las gradas, coincide además con una etapa deportiva, que para los que aún no hemos alcanzado la cuarentena y no vivimos (al menos de forma consiente) los éxitos de los 80, puede ser casi sin ninguna duda, la etapa de mayor éxito y nivel deportivo del primer equipo que hayamos vivido.
Por ello, dado que tampoco se puede achacar a la mala situación deportiva del primer equipo, creo que es necesario reconocer que vivimos un ambiente en San Mamés pésimo y que tenemos un grave problema.
Causas
Como ante cualquier problema, para solucionarlo, una vez detectado el problema, lo siguiente debe ser conocer las causas. Se me ocurren algunos errores que hubiesen sido muy fáciles de evitar, y a día de hoy con difícil solución, errores en los que la torpeza o quién sabe si una estudiada estrategia han sido relevantes para llegar a la situación que vivimos hoy en día:
- El precio de las localidades en los fondos: Para tener un buen ambiente, las localidades de los fondos, de las tribunas bajas tras la portería, que es de donde peor se aprecia el fútbol para la mayoría de la gente, tienen que ser las más baratas.
El antiguo San Mamés, tenia en el anillo inferior, la antigua grada y la tribuba baja. En el nuevo todo se ha convertido en tribuna baja sin diferenciarse los sectores. En base a esta herencia del pasado, es una chapuza que el Athletic va arrastrar de forma histórica. Pues los precios de los fondos, desde la fila 12 en adelante, son de los más caros de San Mamés, 742 euros si la memoria no me falla. Para que nos hagamos una idea de la desproporción, toda la tribuna principal alta a partir de la fila 7 y toda la tribuna este alta, salvo la fila 1, pagan menos que los fondos a partir de la fila 12.
Con estos precios, las tribunas bajas norte y sur, al estar todas ellas en el mismo graderío, sin la división entre grada y tribuna baja se han "tribunizado", espantando a la gente joven de estas zonas.
Este problema, a día de hoy, es muy difícil de solucionar salvo que, se de una catástrofe de espantada general de socios, ya que la capacidad del estadio está cubierta por socios, y no parece fácil tarea su reubicación, ya que estos están en todo su derecho a mantener su localidad,y dado que que el anillo superior (donde sorprendentemente los precios son mas contenidos) está completo, no parece posible una reubicación satisfactoria a buen seguro para la mayoría de los socios de los fondos.
Esta torpeza ha hecho que los fondos, tras el traslado al nuevo campo, no tengan absolutamente nada de popular.
- Tras esta chapuza incomprensible, se opta por una solución muy de moda, y que no está dando malos resultados en el fútbol: Crear de forma controlada una grada de animación. Se establece una zona del estadio con precios populares, donde se entiende que se verá el fútbol de pie animando al equipo. Hasta aquí, todo parece aceptable.
Si bien esta idea puede hasta resultar positiva, desde alguna brillante mente de la directiva surge una idea que por desgracia se lleva a cabo: Dividir la grada de animación en dos, y además, que estén una de la otra lo más lejos posible. Y además de eso, los sectores no serán detrás de la portería, de forma que se note más el aliento, se van a colocar en los corners, donde el sector coge forma triangular, y así conseguimos que no haya nadie de la grada de animación cerca del césped. Divide y vencerás. Parece una medida más enfocada a desactivar la animación que a fomentarla. De esta forma, a día de hoy tenemos una grada de animación de escasas 700 localidades, que entre que es muy poco numerosa y que está en una pésima ubicación, tienen muy difícil contagiar al resto del estadio. Porque la “magia” que todos recordamos en el antiguo San Mamés era eso, una grada de "animación" numerosa, que a menudo, cuando la cita lo pedía, contagiaba rápidamente al resto del estadio.
A todas estas causas hay que sumar la desaparición de la figura del abonado, que si bien solía ser un elemento bastante "maltratado" por el club, era la oportunidad de muchos jóvenes con ganas de animar de entrar a San Mamés a animar a su equipo sin pagar un precio inasumible.
Estos factores han dado lugar a lo que tenemos hoy en día. Unos fondos con una media de edad muy alta, poblado de un perfil muy similar al de cualquier otra tribuna. Una grada de animación en el sector 124 esperpéntica (fruto de la lamentable decisión de dividir en dos la animación) y un sector 110 marginado que trata de animar lo que puede, sin grandes resultados, y que son lo único que se oye en todo el estadio (cuando no hay afición del equipo rival, claro está).
- Otra causa evidente es el hecho de que la directiva no ve un problema al ver la biblioteca gigante que se ha convertido San Mames. Parece que anda enfrascada en otros grandes problemas que si que ha identificado, como fomentar los asientos premium que son incapaz de colocar a nadie o en contratar buenos abogados para conseguir que en los palcos VIP se pueda desobedecer a la ley que afecta al resto de mortales y poder seguir sirviendo alcohol. Pero tampoco hay que ser demagogos. Es verdad, tenemos un estadio en el todos los graderíos vienen condicionados por la presencia de los palcos VIP. Somos muchos a los que este tipo de localidades no nos gustan, yo me incluyo. No me gustan los elitismos en San Mamés. Pero no podemos culpar a los palcos VIP del problema que tenemos. En el fútbol moderno parece ser que son una fuente de ingresos muy importantes, pero también podemos ver como por ejemplo en los modernísimos campos alemanes, todos ellos plagados de palcos VIP, se viven unos envidiables ambientes en las gradas, luego, pese a que muchos de nosotros no nos gusten los placos VIP, no son incompatibles para que no haya animación en un estadio y está más que demostrado.
A estas causas, a mi modo de ver bastante relevantes, podemos añadir otro tipo de factores incontrolables y otros en los como no puede ser de otra forma, también tenemos buena culpa los aficionados que asistimos al campo:
- La sociedad cada vez se vuelve más cómoda y menos pasional, de esta forma el aficionado de tribuna cada vez se contagia menos de esa pasión de antaño.
Esto es algo que se oye mucho y ante lo que no se puede hacer demasiado, pero aunque me parece que hay parte de razón en ello, pero también me parece relativo, porque en los aledaños del estadio siempre se suele respirar gran ambiente, se respira la pasión hacia el Athletic como siempre, no parece que nada haya cambiado demasiado en las horas previas al perdido....pero parace que en cuanto entramos al campo desaparece esa pasión y nos callamos todos.
- La reubicación de los socios ha hecho que muchas cuadrillas se junten, algo muy positivo para todos, pero que puede traer el contrapunto de que la gente al sentarse en su localidad se ponga a charlar, ponerse al día de la vida personal de cada uno, risas…..y termine menos centrada en el propio partido.
No conviene dejar de remarcar que los propios aficionados que asistimos al campo tenemos buena parte de culpa, al final somos los que animamos o callamos en el campo, y un poco de autocrítica siempre es necesaria.
Soluciones:
Estos es lo más complicado y donde todos tenemos que poner nuestro granito de arena. Evidentemente si la solución fuera sencilla ya se habría aplicado. Dando por hecho que los errores en la gestión del traslado de campo son tremendamente difíciles de corregir, al menos intentaré aportar algunas ideas:
- Nos faltan cánticos pegadizos: Sí, hay que reconocerlo, nuestros cánticos son cortos y potentes, pero no tenemos apenas nada “cantable, nada salvo el himno que haga al estadio cantar. Sería fenomenal tener un “himno del Arrebato” a nuestra manera, alguna canción lenta, pegadiza y cantable por miles de personas a la vez. Hace años se perdió una oportunidad histórica cuando Kepa Junkera lanzó un disco del Athletic en el que no fue capaz de sacar una sola canción que se pueda cantar en un estadio. Creo que se debería intentar hablar con músicos de la tierra e intentar crear algo nuevo, emotivo y cantable. Al menos se debería intentar. Si se consigue algo que conecte con la grada y le haga cantar a todo el campo, aunque parezca algo irrelevante, solo una canción-himno cantable hace que la tribuna despierte de su letargo y cambien mucho las cosas.
- Colaboración club - afición: En la final de Copa por ejemplo se organizó una animación potente. Se vio cómo, si se colabora conjuntamente, se pueden mejorar los resultados. De hecho, se mejoró muchísimo respecto a las tres finales anteriores. Parece que no ha vuelto a existir esa colaboración, algo incomprensible viendo los buenos resultados. Se deberían de potenciar este tipo de colaboraciones si queremos mejorar.
Conclusiones
Es evidente que se han tomado medidas que no han facilitado en absoluto tener una buena animación en San Mamés y que a menudo han primado otros intereses. Algunas de estas causas son difíciles de solucionar pero otras se pueden solventar o al menos contrarrestar.
Lo que es obvio y necesario es empezar a darnos cuenta de que la biblioteca en la que se ha convertido San Mamés en uno de lo mayores problemas que a día de hoy tiene el club, y que entre todos tenemos que intentar solucionarlo.
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