En una de las empresas inglesas que realizaba la explotación de hierro en Bizkaia los mineros cobraban su sueldo en función a la pureza del hierro que extraían. Cuando la pureza del hierro era máxima, el patrón inglés colgaba un cartel en la puerta en que se leían las palabras "all iron". Esto era un motivo de celebración, ya que la paga de los trabajadores se duplicaba, y todos cantaban al unísono "Alirón! ¡Alirón!", cántico que posteriormente pasaría a formar parte del himno del equipo de fútbol de la ciudad.

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